La intención de voto por partido - presentando una lista cerrada - sigue teniendo fuertes oscilaciones de una medición a otra. Y es que el grupo de lo que podríamos llamar groseramente "los indecisos" (compuesto por quienes dicen que votarían en blanco, anulado, no saben o no quieren contestar) está claramente compuesto por dos grandes segmentos de votantes: el primero comprende ex votantes frenteamplistas "enojados", que oscilan entre la indecisión y volver a votar al FA; el segundo está compuesto por votantes "anti-FA" sin identificación partidaria clara, que pasan indistintamente del Partido Nacional al Partido Colorado o al Partido de la Gente o vuelven a ser "indecisos". No obstante, si observamos la tendencia de la intención de voto por partido en el último año, el porcentaje de los "indecisos" ha venido bajando sensiblemente y todos los partidos se han visto beneficiados en mayor o menor medida, aunque el PN parece ser el que más dificultades tiene en consolidar un crecimiento sostenido en el tiempo. De todas formas sigue confirmándose nuestra hipótesis según la cual preguntar intención de voto por partido, en el Uruguay actual, carece cada vez más de sentido en la medida en que la "lealtad" hacia los partidos es cada vez más baja y se tiende a mirar mucho más cuál es el "menú" completo de candidatos con nombre y apellido que a qué partido pertenece cada uno. Pero existe una diferencia importante en ese sentido entre el FA y los partidos de oposición: la intención de voto del partido de gobierno oscila poco si el/la candidato/a es Daniel Martínez o Carolina Cosse (los dos con mayor intención de voto en sus respectivas internas), mientras que la del Partido Nacional y la del Partido Colorado tienen fuertes variaciones en función de cuál sea el "combo" de candidatos que presente la Oposición en su conjunto. Por último, es muy notorio el crecimiento del Partido Colorado en estos últimos dos meses, tanto en la intención de voto por partido como si el candidato es Ernesto Talvi o Julio María Sanguinetti. La aparición en escena del dos veces Presidente de la República y el crecimiento en el "conocimiento de marca" de Ernesto Talvi se potencian mutuamente y hacen que el Partido Colorado vuelva a ser una opción de voto en primera vuelta para un segmento importante de votantes que rechazan al Frente Amplio. Y esto perjudica directamente al Partido Nacional, y también a Edgardo Novick.
Al igual que venimos haciendo desde hace dos años, la intención de voto se midió de dos formas diferentes y complementarias:
Como en nuestras encuestas anteriores cabe aclarar que en no hacemos ninguna "repregunta": sabemos que muchas personas que responden "no sé", "voto en blanco", "voto anulado", o "no voy a votar" tienen una inclinación hacia uno u otro partido pero por alguna razón no la quieren responder: voto "vergonzante", enojo hacia el partido al que siempre votaron, u otras razones. La "repregunta" suele reducir significativemente las intenciones de voto en blanco, anulado, o los "No sabe / No contesta". En esta encuesta no hay "repregunta".
En nuestra encuesta realizada entre el 30 de octubre y el 10 de noviembre, la intención de voto por partido es la siguiente: el Frente Amplio obtiene un 32% de intención de voto; le siguen el Partido Nacional con 26%, el Partido Colorado con 13%, el Partido de la Gente con 4% y el Partido Independiente con 3%. Los demás partidos (Unidad Popular, PERI y Partido de los Trabajadores) suman 3%. Un 10% dice que votará en blanco o anulado y un 10% no sabe o no quiere contestar la pregunta. Debemos aclarar que un 3% de los encuestados declaró que no votaría, por lo que se eliminaron del cálculo de los porcentajes de intención de voto.
En cuanto a la evolución de la intención de voto, pueden notarse las siguientes tendencias:Hemos presentado a los encuestados diferentes escenarios posibles, variando los candidatos del Frente Amplio, del Partido Nacional y del Partido Colorado. Los demás nombres se mantuvieron fijos en todos los escenarios: Pablo Mieres, Edgardo Novick, Gonzalo Abella, César Vega y Rafael Fernández. Mostraremos cuatro de los escenarios testeados, que nos parecen particularmente interesantes.
Si los candidatos del FA, del PN y del PC fueran respectivamente Daniel Martínez, Luis Lacalle Pou y Ernesto Talvi, el FA obtendría dos puntos más que en la intención de voto por partido, el PN un punto menos y el PC tres menos. Los cuatro puntos que perderían los partidos fundacionales se redistribuyen entre Novick, Mieres y el propio Daniel Martínez. Esto significa claramente que esta "oferta" de candidatos de los partidos Blanco y Colorado no satisface a todos sus simpatizantes, aunque Lacalle logra "retener" cada vez un porcentaje mayor de los simpatizantes del Partido Nacional.
Si en lugar de Ernesto Talvi el candidato del PC fuera Julio María Sanguinetti, el PC obtendría tres puntos más que en la intención de voto por partido y el PN tres puntos menos. Claramente existe un segmento de votantes "anti FA" que en primera instancia se inclinaría por votar al Partido Nacional como "referente" actual de la Oposición, aun sin ser "blancos", pero que si Sanguinetti fuera candidato migraría hacia el Partido Colorado en primera vuelta.
Si cambiamos a Daniel Martínez por Carolina Cosse, manteniendo a Lacalle y Sanguinetti como candidatos del PN y el PC respectivamente, la intención de voto del FA caería tres puntos en relación al escenario con Daniel Martínez, pero ningún partido de oposición lograría capitalizar claramente esos tres puntos, y en particular ni Lacalle ni Sanguinetti. Esto muestra que la intención de voto del FA es mucho menos "elástica" que la de los partidos fundacionales: depende menos de quién ocupe el lugar de candidato/a, al menos entre Martínez y Cosse.
Si cambiamos al candidato del Partido Nacional por Larrañaga y mantenemos a Martínez como candidato del FA y Sanguinetti como candidato del PC, el PN perdería actualmente 8 puntos en relación a su intención de voto por partido; el PC ganaría 5 y Novick 2. Este es el escenario más competitivo por el segundo lugar en las elecciones nacionales ya que Sanguinetti lograría empatarlo. Claramente Larrañaga no convence a buena parte de los votantes opositores, que preferirían votar a Sanguinetti si tuvieran que elegir entre ambos. Esto refuerza una vez más nuestra teoría acerca del cada vez menor apego a las divisas partidarias: de la misma forma que se ha especulado mucho acerca de los "votos prestados" del PC al FA, hoy podemos hablar de los "votos prestados" del PC al PN y que podrían volver, al menos en parte, si el candidato fuera Sanguinetti.
A continuación mostramos la evolución desde comienzos del 2018 de la intención de voto en tres de los escenarios desarrollados anteriormente. Como se puede apreciar, las variaciones entre una medición y otra son bastante menos bruscas que la intención de voto por partido y, a nuestro entender, bastante más confiables.
La percepción de que el FA ganará las próximas elecciones sigue cayendo y la brecha con el Partido Nacional, que llegó a ser de 20 puntos porcentuales, se redujo a solo 4. Esto se debe a que un porcentaje cada vez mayor de votantes del propio PN cree que su partido resultará vencedor en los comicios de 2019.
Insistimos en que si bien la campaña electoral parece estar más que instalada, eso recién comienza a ser percibido por la mayoría de los ciudadanos y por lo tanto los escenarios que planteamos en esta encuesta son más que hipotéticos y no deben ser tomados como un pronóstico ni como un ejercicio de futurología. Esta encuesta no pretende ser más que una fotografía del estado actual de la opinión pública y los resultados pueden llegar a variar significativamente a medida que terminen de definirse todas las candidaturas. Aun no es "oficial" que Sanguinetti vaya a ser candidato, y también sigue sobrevolando la duda en la Opinión Pública acerca de si José Mujica realmente renunciará a ser candidato en la interna del FA. Asimismo, también hay que tener en cuenta que al día siguiente de la elección interna comienza otro partido hacia octubre y que se barajan y reparten de nuevo las cartas.