Publicar los resultados de una encuesta de intención de voto en mayo de 2017, a dos años y medio de las próximas elecciones nacionales, obliga a una serie de precisiones muy importantes sin las cuales la lectura de dichos resultados puede llevar a errores serios de interpretación: 1) Lo más importante es que al no estar definidas las candidaturas en la mayoría de los partidos - y muy particularmente la del partido de gobierno - se nos plantea lel dilema de cómo preguntar. La formulación de la pregunta define en gran medida los resultados que se van a obtener, y las opciones son múltiples: ¿pregunta abierta sin mostrar opciones de respuesta o con lista cerrada? ¿Intención de voto por partido o de posibles candidatos? Cada combinación de esas dos variables daría resultados significativamente diferentes. 2) Grupo RADAR optó por presentar a los encuestados una lista cerrada de partidos: aquellos que presentaron candidatos en las elecciones nacionales de 2014, y el Partido de la Gente. Esto "desfavorece", no nos cabe duda, a este último, ya que la "marca" Partido de la Gente es todavía mucho menos conocida que la "marca" Edgardo Novick. Nos hemos planteado la posibilidad de aclarar en las opciones de respuesta que el candidato del Partido de la Gente era Edgardo Novick, pero eso hubiera introducido un sesgo en los resultados porque no se procedía de la misma forma con los demás partidos. Idealmente consideramos que debería preguntarse de las dos formas: por partido, y en forma separada planteando diferentes escenarios posibles de candidatos para cada partido con la aclaración de a qué partido pertenece cada uno. No lo hicimos en esta oportunidad, y muy probablemente lo hagamos en breve. El "cruce" de ambas preguntas - intención de voto por partido y escenarios posibles de candidatos - nos dará información muy valiosa acerca de quiénes tienen mayor o menor intención de voto que su propio partido; esto puede deberse a que hay ciudadanos que desconocen al candidato o al partido (por ejemplo, como decíamos, el Partido de la Gente), o a que un posible candidato tenga mejor o peor imagen que el partido al que pertenece. 3) También optamos por no hacer ninguna "repregunta". Sabemos que muchas personas que responden "no sé", "voto en blanco", "voto anulado", o "no voy a votar" tienen una inclinación hacia uno u otro partido pero por alguna razón no la quieren responder: voto "vergonzante", o enojo hacia el partido al que siempre votó, u otras razones. La "repregunta" suele reducir significativemente las intenciones de voto en blanco, anulado, o los "No sabe / No contesta". En esta encuesta no hay "repregunta".
Hechas las aclaraciones metodológicas, la intención de voto por partido es la siguiente: el Frente Amplio obtiene un 28,1%, seguido por el Partido Nacional a menos de dos puntos porcentuales con un 26,3%. El Partido Colorado obtiene un 5,5%, el Partido Independiente un 4,0%, y el Partido de la Gente un 3,6%. Unidad Popular y el PERI obtienen un 0,9% y un 0,7% respectivamente. Un 12,6% responde que votará en blanco o anulado, un 13,5% no sabe a qué partido votará, y un 4,7% no quiso responder. Debemos aclarar que un 4% de los encuestados declaró que no votaría, por lo que se eliminaron del cálculo.
Si cruzamos la intención de voto actual por el voto de 2014, obtenemos resultados más que interesantes: Entre quienes votaron al Partido Nacional un 75% volvería a votarlo si las elecciones fueran hoy, mientras que solo un 62% de quienes votaron al FA afirma que lo votaría hoy. Históricamente sucedía lo contrario: los votantes del FA eran mucho más "fieles" que los de los partidos fundacionales. Pero esto no significa que los votantes del FA de 2014 hayan "emigrado" hacia otras tiendas: un 30% responde que votará en blanco, anulado, o no sabe a quién votará mientras que ese porcentaje es de solo 14% entre quienes votaron al PN. Claramente muchos votantes del FA están enojados con su partido, pero sería muy temerario afirmar que finalmente "cruzarán a la vereda de enfrente". También está muy claro que ese 30% de ex votantes frentistas va a ser en los próximos meses un segmento de población muy codiciado por todos los demás partidos y que allí probablemente se va a definir la elección del 2019: si el FA logra reconquistar a esos votantes con candidatos que logren superar el descontento actual con el partido, es posible que retenga el gobierno. Si no lo logra, corre serios riesgos de perder las próximas elecciones. El Partido Colorado está en problemas: solo un 41% de quienes lo votaron en 2014 dice que lo votaría hoy. Sin un candidato claramente visible en el horizonte inmediato, y con Bordaberry que "se bajó" de la candidatura, sigue alimentando al Partido de la Gente, al Partido Nacional y hasta al Partido Independiente. El Partido Independiente alcanza un sorprendente 4% de intención de voto, y retiene un no menos sorprendente 61% de sus votos de 2014, prácticamente el mismo porcentaje que el Frente Amplio. Recordemos que una de las características tradicionales del electorado del PI era justamente su alta "volatilidad". Parecería que Pablo Mieres está logrando "fidelizar" a sus votantes. En cuanto al Partido de la Gente, ya hemos señalado que su intención de voto tal como fue relevada en esta encuesta es engañosa, ya que es muy probable que un porcentaje significativamente alto de ciudadanos aun no asocien a dicho partido con su candidato Edgardo Novick. Es muy posible - y lo confirmaremos o no en una próxima encuesta - que la "marca" Novick tenga mayor intención de voto que la "marca" Partido de la Gente.
En nuestro análisis de los resultados segmentamos la población en tres tramos de edad: 16-29 años, 30-60 años, y más de 60 años. En el primer tramo la suma de votos en blanco, anulados, "no sabe" y "no contesta" trepa al 40%. Esto es preocupante y muestra a las claras que los "millenials" son los más descreídos hacia la política en general y los partidos en particular. Peor aun: entre los nuevos votantes - la "Generación Ceibal" - el porcentaje de "en blanco / anulado / no sabe / no contesta alcanza el 52%. Esto contrasta muy fuertemente con elecciones pasadas en las que el Frente Amplio captaba a los nuevos votantes sin demasiado esfuerzo.
Resulta imposble aventurar cualquier pronóstico, aun si las elecciones fueran mañana. Las variables en juego son múltiples y cruzadas entre sí: